No es el hecho de ser nudista lo que hace de Covachos una playa especial. De hecho, no sé si atreverme a decir que es nudista. Más bien es una playa donde el nudismo se acepta con absoluta normalidad, como una opción más para pasar el dÃa en un entorno maravilloso. 
Lo realmente único en Covachos es un islote (el castro de Covachos) accesible por una lengua de arena sólo durante unas pocas horas con marea baja. La sensación de estar caminando sobre las aguas para llegar hasta él es muy extraña.
Visitada por última vez: septiembre 2012
Visitada por última vez: septiembre 2012
Covachos se encuentra a sólo unos pocos kilómetros de Santander. Abandonamos la A-67 y tras cruzar Santa Cruz de Bezana y Soto de La Marina ya se encuentran las señales que indican la dirección. La playa se encuentra al final de una carretera bastante estrecha.
No hay aparcamiento. La única opción es aparcar en la cuneta (si encuentras sitio), procurando dejar el paso libre. Algo más arriba sà hay un pequeño aparcamiento (un prado) por el que hay que pagar unos pocos euros. Puede ser la opción más cómoda 
La playa
La playa propiamente dicha es un pequeño semicÃrculo de no más de 200m de longitud y unos 40 de ancho rodeado de acantilados. Desde lo alto cae una pequeña cascada aproximadamente en el centro de la playa.
Pese a estar en el Cantábrico, como la playa es bastante cerrada apenas hay oleaje. 
Servicios
No esperes encontrar chiringuitos o puestos donde comprar comida o bebida. La playa está en un entorno natural y uno debe llevar consigo todo lo que necesite. Lo que sà hay es un servicio de salvamento.
Nudismo
No es una playa para quien busque intimidad. Al estar tan cerca de una ciudad como Santander, suele estar abarrotada de gente, y sólo la mitad son nudistas. En la zona principal, los nudistas predominan en la zona más alejada de las escaleras, pero pueden encontrarse por toda la playa mezclados con los textiles sin que haya ningún tipo de problemas. 
En la zona del islote, es más frecuente encontrar nudistas en la parte de atrás, protegidos entre las grandes rocas que salpican la arena. No obstante, uno puede bañarse o pasear hasta el islote sin necesidad de ponerse el bañador. 
No es tan habitual, pero es posible olvidarse de la ropa en cuanto uno llega a las escaleras de bajada y hacer todo el camino por las rocas completamente desnudo y sin que nadie te mire raro. De hecho, puede ser hasta recomendable para evitar las salpicaduras de las olas si lo haces antes de que la marea acabe de bajar. 
 



 
 
 
 
 
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