Está en un entorno absolutamente espectacular en la isla de La Graciosa, al pie de Montaña Amarilla, un volcán que sale prácticamente del mar. Es una playa pequeña, con el mar completamente en calma. 

Para llegar a la isla de La Graciosa hay que tomar el barco que une varias veces al día Órzola, en el norte de Lanzarote, con Caleta de Sebo, la población más grande de La Graciosa (sólo hay otro pueblo habitado). Es un viaje de unos 20 minutos, con el mar algo más agitado al principio, pero una vez que el barco entra en el estrecho entre las dos islas apenas se mueve.

La Cocina esté en la esquina suroeste de La Graciosa. Desde Caleta de Sebo se llega por el camino que recorre la costa sur, a pie (alrededor de 1 hora), en bicicleta, o en uno de los poquísimos taxis todo terreno de la isla. El paseo es largo, pero merece la pena.

Está en una bahía muy cerrada. Por un lado, por un saliente de la costa, y por el otro, por Montaña Amarilla. Eso hace que por una parte apenas haya oleaje, y por otra que apenas haya viento. Los días de calor lo último es una desventaja. Nunca hay mucha gente, pero como la playa no es muy grande, no tienes la misma sensación de soledad que en otras playas de la isla.

No hay nada. Tienes que llevar contigo todo lo que necesites.

No es precisamente la playa más nudista de La Graciosa. Es pequeña, y no hay casi rocas ni nada que te dé una cierta privacidad. Sólo si no te importa compartir espacio con los textiles.