Espectacular. Más de 1 km de arena fina y de un extraño color gris, si sumamos la parte orientada al mar y la que se extiende por la orilla del río. Esta última es más ancha y más protegida del viento, pero el inconveniente es que la arena está llena de pequeñas ramitas y restos arrastrados por el río. La parte que mira hacia el mar es más estrecha, pero bastante más larga. Con marea baja el mar se aleja muchísimo, dejando una zona enorme para jugar o pasear. Al final de la playa las dunas dejan paso a unos acantilados. Justo en el fondo nos encontramos unas cuevas que se inundan con la marea, pero que podemos visitar ofreciendo unas vistas increíbles del contraste entre la playa bañada por el sol y la oscuridad de la cueva.

En los pueblos vecinos, pero nada en la playa.

En principio, la zona nudista es la que está donde los acantilados. A medida que nos alejamos de ahí cada vez nos encontraremos a menos gente desnuda, nadie en la zona de la desembocadura del río (la parte con más ocupación de toda la playa), y otra vez al adentrarnos por la orilla del río volveremos a ver algún nudista al final. Eso no quiere decir que si no hay mucha gente no puedas pasear por toda la playa o bañarte donde quieras sin necesidad de bañador.